“Ser o no Ser, he ahí la cuestión”,  así lo decía el Príncipe Hamlet  en uno de sus monólogos escritos por William Shakespeare (1564-1616).

Esta frase se  ha repetido en escenarios de todo el mundo  y  permanecido en la mente de  filósofos y pensadores  durante muchos, muchos años.

 Un día me pregunté: ¿Qué es “SER”? :  Existir, mostrarse… expresarse, ¿tal vez?

Umm…un poco difícil de responder. Y también porque SER tiene varios significados  dentro de nuestra lengua, entonces… ¿a qué SER se refería Shakespeare?

Eso lo escribió y tal vez  meditó el genial dramaturgo inglés  hace más de 400 años;  pero veamos cómo andamos hoy por casa.

Cuando estás con un grupo nuevo de personas  que no saben nada de ti y  te piden presentarte, probablemente empiezas diciendo algo así como:

“Buenas tardes,  soy  Fulanito(a) Perencejo(a), tengo 37 años,  soy de Trujillo, pero vivo en Lima. Soy  administrador(a) de empresas, pero estoy estudiando para ser economista. Actualmente estoy a cargo del área de logística en donde soy supervisor(a) principal. Soy  muy responsable, sociable y alegre. También soy miembro de un club deportivo en  mi ciudad natal. Soy soltero(a)».

¿Siete soy  para decir lo que soy? entonces…. ¿Quién Soy?

¿No nos habremos excedido un poco en el uso de esta palabrita, atribuyéndole significados cambiantes y diversos?

A ver…sin el ánimo de ser aguafiestas  y solo como un ejercicio de vocabulario, les presento  otra versión del párrafo anterior:

“Buenas tardes,  mi nombre es   Fulanito(a) Perencejo(a), tengo 37 años,  nací en Trujillo, pero vivo en Lima. Trabajo como  administrador(a) de empresas pero estoy estudiando para obtener el grado de economista. Actualmente estoy a cargo del área de logística en donde tengo el cargo de supervisor(a) principal. Me considero   muy responsable, sociable y alegre. También pertenezco a  un club deportivo en  mi ciudad natal. No me he casado aún».

Me da la impresión que de tanto usar las diversas acepciones de esta palabrita “SER” terminamos un poco confundidos con sus variadas y atractivas formas y que, además,  pueden acumularse cual coleccionista compulsivo de nuevas figuritas de álbum.

Para muchos filósofos y pensadores de todos los tiempos, el SER no puede ser definido solo por su relación o manifestación en el entorno que lo rodea, ya que este puede (y de hecho es así) variar de acuerdo a  las circunstancias, la información, las posibilidades y limitaciones con las que cuenta, las ideas predominantes en un determinado momento histórico, etc.  etc.

Platón consideraba  el Ser existencial  como posibilidad, y esa sola visión lo llevaba a concluir que no hay necesidad de que el ser exista de una forma u otra, o que tenga manifestaciones concretas o específicas;  pues  el solo hecho de existir le da ya un valor en sí mismo. 

El SER como esencia, que podría definirse como “lo que es, existe y permanece”  no debería ser confundido con sus manifestaciones o cualidades externas, que son más  bien  el resultado de esa condición interna que las hace posible. En otras palabras, el SER responde a la pregunta “¿Qué es?”, antes de: “¿Cómo es?, ¿ dónde está?, ¿con quién se relaciona?, ¿ qué hace?, etc.

Volviendo al uso de esta palabra para definir lo que somos, creo que no estaría mal que, de cuando en cuando, intentarás responder a la pregunta:

“¿Qué soy?, ¿qué me define en esencia?, ¿cuál es mi naturaleza real?”

Tal vez la respuesta no sea muy larga; quizás baste con dos o tres ideas o imágenes que simplifiquen la profundidad de la pregunta.

Probablemente, la respuesta no se parezca en nada a  la información que completas  en los formularios para trámites,  ni  al CV que presentas cuando postulas  a un puesto de trabajo.  Tal vez,  tu respuesta no tenga que estar en la lista  donde marcas  con una “X” lo que aún no consigues… ¿Ser?.

Quizás, tal vez, solo digo… desaparezcan de tus pensamientos algunos:

“Cómo quisiera ser como…”, o  “Él (ella)  es tan…. y  yo, no “,

“Si yo fuera… entonces sería…”

Hace algún tiempo, mi querida amiga Naty Mayón, me recomendó una película deliciosa. En ella pude descubrir la inmensa capacidad del ser humano de  adoptar comportamientos que parecen definirlo y hacer  que los demás  lo lleguen a creer. Me divertí muchísimo, porque además de la gran calidad actoral de los protagonistas, los personajes logran llegar a una verdad simple, que refleja su verdadera naturaleza.

Se trata de “Ocho Apellidos Vascos” del director Emilio Martínez Lázaro.

La encuentran en Netflix como “Spanish Affair”.

Protagonistas: Clara Lago, Dan Rovira, Carmen Machi, Karra Elejalde, entre otros.

Año: España, 2014

También les dejo el tráiler aquí:

¡¡Que la disfrutes!!