“Y qué haríais- preguntó el Maestro a la concurrencia- si Dios os hablara directamente a la cara y os dijera: “OS ORDENO QUE SEÁIS FELICES EN EL MUNDO, MIENTRAS VIVÁIS” ¿Qué haríais entonces?”
La multitud permaneció callada. Y no se oyó una voz, un ruido entre las colinas ni en los valles en donde estaba congregada.
Y el Maestro dijo dirigiéndose al silencio: “En el sendero de nuestra felicidad encontraremos la sabiduría para la que hemos elegido esta vida. Esto es lo que he aprendido hoy, y opto por dejaros ahora para que transitéis por vuestro propio camino, como deseáis. ”
Y marchó entre las multitudes y las dejó, y retornó al mundo cotidiano de los hombres y las máquinas.”
Este es un fragmento extraído del libro “ILUSIONES” escrito por Richard Bach en 1977 y que llegó a mis manos el año 2005. Es solo un puñado de ideas sobre la vida, la verdad, la realidad y la ilusión que se desarrollan en sus páginas. Al pasar de los años, esas ideas permanecieron abrigadas, cual semillas valiosas, en lo más profundo de mi interior; me acompañaron en momentos límite y algunas empezaron a crecer y tomar nueva forma a medida que la comprensión de lo que me pasaba iba abriéndose paso en mi consciencia como si fueran los primeros rayos del Sol al amanecer. Eran tiempos de pérdida, de incertidumbre, de cambio inevitable…e inevitable era también preguntarme en silencio ¿Qué voy a hacer con mi vida? , o a veces solo me confesaba a mí misma en silencio: “No sé qué hacer con mi vida”.
Si alguien te sorprende con una inocente pregunta cómo ¿Qué tal tu vida? y tú, luego de reponerte del pequeño shock, respondes casi inmediatamente cosas como: “Ahí estoy…” “¿Mi vida? ¿para qué te voy a contar” “Ay! , mi vida es un caos” “Mi vida es aburrida” “Me llega mi vida” “Mmm… qué te puedo decir de mi vida… no sé” podría quizás ser que la idea que tienes de tu vida es solo la percepción inmediata de tus circunstancias, o el recuerdo comprimido de decenas de recuerdos que al igual que las piezas de ropa que nunca usas de tu closet, están atiborradas allí sin esperanza. O podría ser que te sientes tan abrumado por pensar que no has hecho lo suficiente aún, o que hasta hoy “no la hiciste” como hubieras querido. También podría ocurrir que no sabes cómo responder una pregunta poco usual, demasiado profunda para tu gusto… tal vez preferirías que te pregunten sobre tu trabajo, tus hijos, tu familia…o el ya conocido ¿Cómo estás? porque entonces la respuesta brotaría “naturalmente” y se manifestaría con un “Bien, gracias” o “Ellos están bien… creciendo/trabajando//buscando…”
Pero si luego de salir del paso, dedicas un momento a solas para intentar responder la impertinente pregunta, empezarías a jalar el hilito de una madeja que de pronto podría llevarte a ver a un(a) obrerito(a), que cual abejita obediente de las labores asignadas, elabora día a día la cera y miel del panal , que trabaja tranquila sabiendo que no es la única que lo hace y aunque a veces se esfuerza hasta el cansancio para lograr los resultados esperados , otras, quisiera ser la Reina que la pasa “relax”. Y como no te gusta mucho el panorama general de este descubrimiento, prefieres no detenerte mucho tiempo a mirar ese escenario.
¿Pero qué ocurriría si de pronto, luego de la ardua jornada laboral, caes rendido(a) en sueño profundo y durante la noche sueñas que eres un ave, que puedes sobrevolar sin riesgo los panales de abejas, que puedes cantar y mudarte varias veces de nido, que tienes alas y puedes volar de rama en rama, de árbol en árbol y aún más allá, muy alto entre las nubes?
¿Y si en tu primer escenario, al intentar ver tu vida, no te viste como abeja sino como ave? Y si una noche, cansado de volar de rama en rama y de haber pasado el día construyendo un nido nuevo, acurrucado en una rama, soñaras que eres ciervo, que atraviesas bosques y florestas, que puedes sentir la tierra, la fuerza de tus músculos y la energía de tu rápida carrera ? ¿Y te dieras cuenta que ahora puedes observar fácilmente a las aves del bosque y los panales de abejas, que puedes ver sus desplazamientos, oír su cantos y zumbidos y hasta predecir sus movimientos?
Pero este ciervo puede un día hartarse de no tener la vida tan segura al tener que huir de un felino carnívoro o de los hombres cazadores. Podría entonces soñar un día con ser felino, y luego hombre…
Cada uno de estos escenarios, reales o imaginarios, es una verdad que cada quien ve desde su particular perspectiva; pero… ¿Son estas verdades la Realidad? ¿o solo una pequeña porción de ella ?. Cada escenario (verdad) tiene su sustento y fundamento, sus justificaciones y patrones, sus hábitos y rutinas consoladoras, pero ninguna de ellas puede decir que es la Realidad que las incluye, las envuelve, y las proyecta.
La visión que cada uno tiene de su vida es parcial y limitada, pero aparenta ser “la verdad” que consideramos única y absoluta, sin notar que es solo uno de los tantos cristales con que puede ser mirada la vasta Realidad. Realidad que contiene todas las verdades y las conecta entre sí con límites muy sutiles que pueden romperse al cambiar las estructuras de pensamiento, códigos y parámetros de un modo de vida.
Si en alguno de los múltiples escenarios en los que podría transcurrir tu vida imaginas ser más libre , vivir nuevas experiencias , desarrollar nuevas habilidades, vibrar con aquello que te hace feliz… estarás abriendo una puerta hacia tu “nueva verdad “ y al vivirla descubrirás que tu percepción se ha amplificado , tu visión tiene mayor alcance y que ahora te mueves en un escenario mayor desde el que puedes mirar fácilmente tu verdad anterior y proyectarte más allá de lo que en su momento consideraste eran límites infranqueables.
Y si esta fuerza interna de liberación sigue pulsando en ti, tarde o temprano encontrarás el camino hacia una verdad más trascendente. Y así, ad infinitum…
Fractal: Bellísimo y fascinante diseño de estructura y complejidad infinita que contiene un núcleo de información que se repite y expande.
Por eso, no le corras a la pregunta ¿Qué tal tu vida?, juega más bien con la respuesta; porque lo que es verdad hoy y aquí para ti, es otra verdad muy distinta para los tuyos, para tu jefe, para tus amigos, pues cada uno tiene “su verdad” que nada tiene que ver con Tu Realidad: Infinito campo de posibilidades, aquí, ahora, allá y más allá. Tú estás viajando, estás soñando, estás imaginando, estás creando, estás evolucionando. Pero eso no lo registran las otras abejitas que no sueñan ni imaginan. Para ellas tú tendrías que hablar solo el lenguaje que ellas manejan, así que no pierdas fuerzas en explicar nada. Solo vive, sueña, imagina y avanza. Más allá del panal te espera no solo la aventura de volar, sino también todos los mundos posibles. Y lo mejor de todo es que no pierdes nada, porque el mundo siguiente, incluye el anterior, lo entiende, lo valora y aprovecha y es el combustible mágico para recorrer y conocer la siempre presente y mágica Realidad.
Hola Vickyta
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