¿PRODIGIOSA…MENTE   O AMOROSA…MENTE?

La mente maravillosa, el prodigioso cerebro y sus múltiples funciones aún no descubiertas o desarrolladas por los seres humanos… El conocimiento, la información científica, tecnológica, financiera y una larga relación de recursos para nutrir la mente, desarrollar habilidades intelectuales, sociales, artísticas (consideradas tan necesarias en estos tiempos) inundan canales físicos y digitales con un torrente incesante de información y datos útiles, no tan útiles e inútiles.

 Dicen que el cerebro, a través de sus ingeniosas formas de almacenamiento de memoria, puede albergar información desde cuando estabas en el vientre de tu mamá, o al menos, desde que alcanzaste “uso de razón” (¿Te suena eso?) Y que toda esa info está allí guardadita hasta que la necesites o hasta que la vitalidad de tus neuronas lo permitan. En fin, toda una historia con la importancia de estudiar, de tener conocimientos especializados, actualizados, deslateralizados, transversalizados…Uff!

No te digo que todo esto no sea válido, porque de alguna manera es lo que  ha sostenido el sistema socioeconómico y cultural en el que nos desenvolvemos, pero a estas alturas del camino me parece que “faltan datos”. Sí, aunque suene paradójico… ¡Faltan datos! Falta decir que todo lo que absorba tu cerebrito a lo largo de tu vida escolar, universitaria, de postgrado  y doctorados, puede que no resuelvan operaciones elementales de la vida como por ejemplo:  encontrar el sentido a lo que haces (el  por qué lo haces o lo sigues haciendo) , la razón por la que no estuviste cerca o no pudiste hacer más por un ser querido que ya trascendió este plano o por qué el /ella tuvieron que sufrir el último tramo de su vida, el por qué vuelves a tropezar con la misma piedra (o roca), el no poder evitar que un amigo(a)  muy querido se hunda en la desgracia económica, familiar o sentimental, el entender por qué un dolor del alma se repite en tu vida y en tu familia… Operaciones elementales y no tanto como por ejemplo: no perder el  sentido de tu vida o de tu relación sentimental o conyugal, el no saber/querer decir lo que realmente  piensas y sientes por temor a perder algún beneficio o ser mal visto , el prolongar una relación o trabajo que te daña o marchita, el hacer o decir cosas  por cumplir, por no sentirte culpable, porque “así son o pasaron  las cosas”, en fin , la lista es larga y no quiero cansarte.

El pensamiento, la memoria y el lenguaje están llenos de contenidos (información percibida, recibida y procesada) y significados, significados que nosotros mismos damos por razones y motivaciones diversas, según  nos encaje o no, con lo que consideramos “correcto” ,“conveniente”  y también  según las circunstancias específicas de cada una de nuestras vidas. Lo que quiero decir es que muchas veces el pensamiento se justifica así mismo, se reafirma, se sostiene y pocas veces suele contrastarse con la realidad, con la verdadera realidad, tu realidad, no la que tu mente se inventa para sobrevivir.

Es como cuando estás bien abrigadito(a) dentro de tu casa y no quieres pensar, siquiera, en que la puerta y el techo  que te protegen del fuerte viento  puedan alguna vez  ceder o destruirse, prefieres pensar, o mejor dicho creer, que  tu casita es un  bunker  a prueba de toda amenaza…hasta que la tormenta y su intensidad se encargan de bajarte de tu nube.

Los tiempos están cargados de vientos y tormentas, no físicas, yo diría psíquico- espirituales, y están soplando en todas direcciones desarmando quioscos y casitas construidas sobre arenas o terrenos precarios. Hay algo y más que algo que está desmoronándose allá afuera, pero lo curioso es que también se está desconfigurando dentro de nosotros, allí, en el fondo de nuestra consciencia.  Aceptémoslo o no, mirémoslo o no, no tiene vuelta de hoja, el proceso evolutivo de la humanidad está en marcha y a un ritmo (esta vez) acelerado. En otras palabras, lo estamos sintiendo todos, o al menos los que andamos leyendo cosas raras y no avaladas por la Academia, como este post. Pero no hay que meterle mucho cerebro a esto (ya hemos visto que la mente tiene sus trampas) , lo que necesitamos y nos  bastará será  el corazón o el alma, el espíritu, conectar con tu Ser, con tu verdadera  esencia o como quieras llamarlo.

Lo único que te puedo decir es que no servirá la información tradicional, la mental, o la oficial , siento que de lo que se trata es de recuperar  la información que ya llevamos grabada en nuestra naturaleza humana, la memoria genética, la que sabe dónde se gestó la vida (la tuya , la mía  y las de los que amas) , dónde puede florecer y hacia dónde puede y debe llegar. Así que no te inquietes, la salida está más cerca de lo que te imaginas…

Respirar conscientemente, conectar con lo que te hace vibrar, hacer lo que verdaderamente piensas y sientes hasta dónde más puedas, pedir guía y dirección en medio de la vorágine de estos tiempos, agradecer la vida, por muy miserable que la sientas; todo eso, te llevará con bien sobre las aguas tormentosas del pensamiento y el caos del mundo. Y sobre todo, hará posible que tu cerebro y su prodigiosa…mente sean conducidos por ti, amorosa y sabia…mente.

Y si crees que ya se te acabaron los dos tiempos del partido y los suplementarios, respira igual y más profundo, porque volveremos…te lo aseguro, volveremos, y esta vez más sabios y humanos.

 ¡Que el latir más auténtico de tu corazón sea la guía en medio de la tormenta e inunde de Navidad cada día de tu vida!

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