Yo pensaba… Yo quería… Yo creía que…Yo estaba dispuesta a…
Yo hubiera…Yo nunca pensé que…
Una lista de frases, pensamientos, anhelos marchitos y esperanzas accidentadas que, una vez que aparecen en tu sentir, requerirán de largas terapias de rehabilitación emocional y espiritual…
Toda una fuga de energía, tiempo y recursos por intentar plasmar en la realidad (altanera y caprichosa) tus deseos y sueños. Tus esfuerzos son sinceros, pero fatalmente «incomprendidos» por aquellos de tu entorno cercano, al que te unen (o encadenan) vínculos laborales, afectivos o de sangre.
Dilema cotidiano que va cavando un hoyo cada vez más hondo en tu corazoncito y tu alma, pero que, a la vez, también has aprendido a disimular, adormecer o negar.

En realidad, poco importa el recurso que uses, el asunto es que el hoyo bendito seguirá creciendo y se volverá a abrir tarde o temprano.
Todo este rollito es para decirte que en estos últimos y ausentes tiempos, estuve tratando de descifrar la paradoja de creer que estás construyendo una escalera o un puente en la relación con tu familia, trabajo, amigos y aún con la vida misma, y en realidad, lo que estás haciendo es abriendo un túnel subterráneo a tus pies; en otras palabras, “cavando tu propia a tumba”.
Estoy empezando a comprender que una cosa es tu cuerpo (lo que ves, escuchas, callas…), otra muy distinta tu pensamiento (sobre la pareja, la familia, la amistad, el trabajo etc.) y otra, aún más distinta y distante, tu alma (con sus anhelos de paz, unión, armonía, equilibrio, amor).
Que estas tres partes están inevitablemente vinculadas entre sí, conviviendo dentro de ti, no siempre con éxito.
Voy comprendiendo, también, que toda verdad que sirva para el verdadero crecimiento y conocimiento de ti mismo(a), no solo pasa por tus pensamientos, sentimientos y bellas o nobles intenciones, sino por la concordancia y respuesta de tu cuerpo físico y emocional con esos nobles deseos e ideales que tienes para los tuyos y el planeta.
Con esto quiero decir que de nada vale tu amor, buena intención, fuerza y empeño si estos desestabilizan tu cuerpo físico y tus emociones.
Que no existe amor ofrecido a otro(s) si este te trae cansancio continuado, inquietud y contracturas musculares y espirituales.


No hay amor del bueno si tu cuerpo reacciona con inflamación, dolor, alergias y mal formaciones. Parece extraño decirlo, pero el cuerpo habla a gritos cuando la consciencia está dormida.
Y no vale echarle la culpa a los ácaros, los años o a la maldad del mundo.
Como los ejemplos hablan más que los discursos, te dejo aquí una listilla de posibles discordancias de las tres partes que viven en ti y que podrían estar minando tu esencia.
Estás cavando un gran túnel bajo tus pies, o si prefieres, tu propia tumba si…
- Estás trabajando por un “noble” sueldo, o causa, y tienes contraídos los músculos de tu cervical, lumbar, dorsal ,etc. y te has habituado tanto a ello que solo haces un par de movimientos rotativos de cuello para intentar aliviarte… y sigues p´lante.
- Si te saltas comidas esenciales como un desayuno o almuerzo porque el trabajo es “para ayer”.
- Si te vas a dormir tan agotado(a) que pierdes la consciencia antes de agradecer la vida y las experiencias del día.
- Si te despiertas a medianoche y te das cuenta que tienes los puños cerrados y apretados, como si quisieras protegerte de algo o de alguien.

- Si apenas tienes tiempo para mirarte al espejo, y menos, de mirarte a los ojos para desearte un gran día y recordarte lo grande y bello(a) que eres.
- Si dices y te dices que tienes tanto trabajo que no hay tiempo para saliditas ni encuentros con amigos.
- Si te la pasas cocinando para ti o para otros, con todo el amor del mundo, pero solo recibes de vuelta los platos sucios y más cortes y heriditas en tus deditos.
- Si cargas peso y más peso, físico o simbólico (responsabilidades de otros) diciendo que si tú no lo haces, “nadie” lo hace.

- Si crees tener la mejor solución para cada “problema” que se presenta, especialmente los de otros (adultos hechos y no tan derechos).
- Si crees que hay que amar hasta que duela porque así serás más virtuoso(a).
- Si te la pasas arreglando y limpiando la casa ajena y no te das cuenta que la tuya tiene gruesas placas de polvo y averías importantes.
- Si ya olvidaste la última vez (si la hubo) en que te relajaste y engreíste como un príncipe o una princesa, dándote los mejores regalos y gustitos.
Y mejor me detengo…
Si el amor y la atención que le das a otros (¡cualquier otro!) surge solo de tu pensamiento, influido y pervertido por tanta tradición, creencia , sentido del “deber” mal entendido e información no filtrada, te aseguro que ese amor no es sostenible.
Si amas solo desde la emoción, el sentimiento y lo que captan tus sentidos sin haberte detenido a discernir si lo que haces va en contra de tu bienestar y estabilidad emocional; si distraes recursos y tiempo que necesitas para cubrir tus propias necesidades, porque te acostumbraste a satisfacer primero las de otros, te aseguro que tu amor será un desperdicio.
Si apelas a tus virtudes como razones espirituales de peso para auto gratificarte como el “mejor” padre/madre, hijo(a), hermano(a), empleado(o) o amigo(a), sin tener en cuenta que tus nobles cualidades pueden ser el disfraz de cordero que oculta al voraz lobo de tu necesidad de reconocimiento y baja autoestima, ten por seguro que tu amor es más frágil que un huevo en caída libre.

No es fácil dar y vivir desde el amor auténtico. Se requiere atención y supervisión constante de cómo lo sientes en tu cuerpo, mente y alma, y si se expresa como equilibrio armónico en estos tres niveles.
Lo fantástico de todo esto es que la Vida da a cada ser humano la oportunidad de vivir un proceso único y distinto, y te ofrece decenas de oportunidades de mirar tus propias contradicciones e incoherencias para poder quitarte, así, las “máscaras” del amor mal entendido.
Estamos aquí para aprender a AMAR en el sentido más amplio, profundo y universal; aquel que trasciende, pero no descuida ni daña el cuerpo, mente y alma del que ama. Lo demás, es solo cavar un trecho más del subterráneo y entrar en la oscuridad que, inevitablemente, irá apagando tu esencia de luz y libertad.
No estás solo en el intento, pues en el camino de seguro nos encontraremos…
