MEJOR… ¡CÁLLATE!

Shhhhht!…Mejor no digas nada… Un guiño de ojos, un pellizco en el brazo, o el disimulado Cállate, en voz bajita y volteando el rostro, para que el posible afectado por lo que ibas a decir no lo note…

¿Te ha pasado también a ti?  Imagino que sí, porque nunca falta un bien intencionado pariente o amigo, especialista en Defensa Civil Familiar o con pasta de bombero experto en controlar incendios, que aparece justo ahí, cuando estás a punto de expresar una opinión distinta del resto, temiendo que un comentario o frase tuya pueda ocasionar una deflagración en el delicado tejido de las relaciones familiares y sociales. Esas que a la mayoría de humanos les encanta mantener intactas, aun cuando piensen y sientan diferente del poderoso e influyente grupo familiar, social, académico, político, religioso, científico o parroquial en el que se encuentran. Porque el deseo de “quedar bien”, de mantener las apariencias, de “no desentonar”, de “ser aceptado”, es tan fuerte que son muy pocos los que se salvan.

Te digo esto porque hace unos días llego a mis manos una interesante lectura sobre la “Teoría de la Espiral del Silencio”, de la alemana Elizabeth Noelle- Neumann, quien sostiene que el ser humano es un ser social con un anhelo innato de pertenencia y aceptación dentro de un grupo. Esto resulta lógico, pero esta necesidad puede exponerte también a ciertos riesgos, ya que el grupo social en el que estás inmerso se encuentra influenciado y permanentemente bombardeado de estímulos, información e ideología,  que muchas veces responde a intereses muy bien disimulados.

espiral

De esta manera se va formando la respetada “opinión pública” , basada en entrevistas, telenoticieros, programillas de TV, páginas de influencers  y sus cuchumil “seguidores”, encuestas de opinión etc.. Ese cúmulo de opiniones y preferencias, que todos los sedentarios y ovejunos influenciados  (a los que deberíamos llamar influenced , pero  esta palabrita no se viraliza ¿o acaso dices  «Soy un influenced» ?) empiezan a adoptar como suyas y a defender a como dé lugar , porque  “es así”  como piensa “la mayoría” , las voces autorizadas, la  gente intelectual, fashion, bonita, etc.

Noelle- Neuman, habla también del aislamiento, ese estado de separación al que los seres sociales temen si emiten una opinión distinta al resto. El temor a la no aceptación hace entonces que las personas se guarden de emitir opiniones o juicios distintos para no ser criticados o marginados por esa sociedad que castiga al que no se ha “adaptado”.

Y así,   la famosa opinión pública se sostiene y fortalece en una malla de delicados silencios, o fieles repeticiones de sumisos seguidores, que solo actúan como antenas retransmisoras de lo que escuchan o leen en los medios de comunicación (que otros controlan),  sin poner a trabajar siquiera un par de neuronas, o darle la vuelta a la tortilla.

¿Miedo al aislamiento o comodidad que termina en súbdita sumisión?

instagram

Muchas veces, el deseo de quedar bien con alguien, con un grupo de parientes, amigos, colegas, etc. puede hacer que te conviertas en un clon de la mayoría y pierdas toda tu originalidad y creatividad, enterrando todo aquello que   hace que seas Tú y no tu popular amiguita(o), tu jefe,   la psicóloga o psíquica de moda,   el/la regia del gimnasio o tu coach de élite (lo mismo da) y te mimetices, cual camaleón de selva amazónica, para no desentonar.

Felizmente,   la Espiral del Silencio no es eterna, y según la teoría mencionada, en algún momento de este proceso, puede ocurrir que alguien se atreva a expresar una opinión distinta o a discrepar de la opinión mayoritaria o de tendencia. Y entonces, luego del primer impacto recibido por el valiente atrevido, que es señalado por pensar distinto, aparecen otros individuos que se suman a la opinión discrepante y, poco a poco, la supuesta opinión minoritaria va tomando fuerza y se abre un espacio de autenticidad que atrae a muchos otros individuos.

La Espiral del Silencio puede manifestarse también en las cosas más simples y cotidianas, y no solo en opiniones, sino también en comportamientos.  Te doy algunos ejemplos:

“Las mujeres peruanas arriba de los 50 no visten shorts ni politos escotados, porque ya son “señoras” y no están para andar luciendo carnes”. ¿Quién lo dijo? ¿El dueño de la cadena más grande de pollerías y chicharrones? ¿O el fabricante de Gamarra (*) de pantalones y polos XL?

Una mujer puede vestir lo que desee o le guste a la edad cronológica que tenga, sin necesidad de perder su decencia o el honorífico título de “dignísima señora de su casa”, otorgado por la comunidad.   Y no solo estoy hablando de ideas machistas, sino de la propia autocensura de bellas mujeres maduras, que pueden lucir mucho más juveniles con una prenda corta y un escote coqueto.

Otra:

“En las próximas elecciones, todo el mundo (el que tú conoces) va a votar por el candidato A. Los analistas políticos lo apoyan y las encuestas también, además, fulanito y zutanita   ya decidieron su voto por él. Pero ocurre que  a ti no te inspira confianza, te gusta más el candidato B , del que nadie habla; entonces, si te preguntan sobre tu voto, te callas , ni siquiera lo mencionas, y en el mejor de los casos dices : “Aun no sé por quién voy  a votar, pero parece que será por A”.

¡Alta traición!  A ti mismo y a tu verdad.

Y aquí tenemos otro caso, esta vez con final…

Dos buenas amigas se encuentran en la calle luego de un par de años de no verse:

  • Hola Marcela, ¡qué gusto verte! Me enteré que te cambiaste de empresa. Me imagino que estarás contenta. Todo el mundo dice que es un excelente sitio para trabajar ¿Cómo te va?
  • Muy bien, todo bien. Y tú… también te cambiaste ¿verdad? ¿Y qué tal?
  • No muy bien. En realidad, no es lo que parece. Hay una serie de condicionamientos…
  • Sí, tienes razón. En verdad, a mí tampoco me va tan bien ¿Tienes tiempo para a tomarnos un café y conversar más? Así te cuento todo lo que estoy pasando.

Y la charla se prolongó por tres horas. Al final de la historia y luego de algún tiempo, Marcela y su amiga renunciaron a sus empresas y formaron una nueva, con la experiencia y mística de trabajo de las dos.

…feliz

EMPRENDEDORAS

¿Por qué temes tanto ser diferente o mejor dicho “que te vean diferente”?

Quizás aún no has probado las aguas frescas de tu verdadero Yo mostrándose a los demás, ese Yo que está cansado de que lo tengas aislado en el cuarto de castigo y no lo saques nunca de paseo a ver el mundo, a conocer quién es quién, a ver y oír a esos otros mortales, como tú, que decidieron seguir tendencias, sin imprimir su sello personal a lo que hacen o viven. Ese, tu verdadero Yo, puede aportar mucho al mundo, con tan solo expresarse en ideas o comportamientos, y vivir de acuerdo a lo que realmente es válido y coherente para ti.

 Tal vez, todavía dudes de que los dedos de la mano sobran para contar los amigos de verdad en una vida. Esos que te van a aceptar y querer por lo que verdaderamente eres, piensas y haces.

 No necesitas ser influencer ni influenced .

Necesitas, simplemente, SER TÚ.

(*) Gamarra: Centro comercial que alberga fabricantes de prendas de vestir de todas las tallas y modelos y a precios muy rebajados, visitado diariamente por miles de peruanos.

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